Discurso del Presidente de la República, Miguel Angel Rodríguez, durante la entrega de la terminal del Aeropuerto Juan Santamaría
Martes 23 mayo 2000
Permítanme, antes de hacer algunas reflexiones, expresar mi más profunda gratitud a todas las instituciones y personas que han hecho posible que hoy se dé el recibo de esta terminal aérea.
En primer lugar, a EDICA. Don Mario a usted, a sus socios y a todos sus funcionarios, a todos los trabajadores que participaron en la construcción de esta obra, la gratitud y el reconocimiento del Gobierno de la República por un trabajo de excelencia. Por hacer las cosas como se debe hacer, excelentemente bien; por no satisfacerse con las cosas a medias; por su compromiso de llevar adelante esta obra de manera que se pudiera entregar un edificio que esté al nivel de lo que la tecnología de la construcción y de edficios de aeropuertos es en esta época.
No el edificio bueno para un país chiquito y pobre; un edificio bueno para cualquier país del mundo.
Igualmente, ese mismo reconocimiento para todos los que tuvieron que ver con el diseño, la supervisión, la inspección y los trabajos relacionados con esta terminal.
Gracias a ese trabajo, de la compañía de inspección, de la Dirección General de Aviación Civil y el Ministerio de Transportes; gracias a ese trabajo de todos quienes particparon en las distintas etapas de este proyecto, pudimos hoy al recorrer el edificio, darnos cuenta de que tenemos un edificio con un manejo tecnológico impresionante; con centros adecuados para el manejo del aire acondicionado, de la iluminación, de la inspección y vigilancia, de la comunicación, de la electricidad.
Con capacidad para ser operado por los medios de la informática y de la computación que le permitan sacar todo el uso posible en beneficio de los pasajeros. De manera que mi gratitud y mi reconocimiento a todos.
Podría uno preguntarse ¿Por qué invertir 7.500 millones de colones en esta instalación? ¿Por qué no haber tratado de hacer una cosa con menos condiciones y haber ahorrado una plata para otras obras que el país requiere? ¿Para qué expandir el programa original y destinar recursos para construir el parqueo en dos pisos para 500 automóviles? ¿Para qué tener baños con terminados que van a durar mucho y que son muy buenos, y que van a permitir ahorrar agua y electricidad, porque se operan automáticamente? ¿Para qué establecer unas terminales que van a depender de un sistema de programación, de cómputo para que puedan utilizados por distintas líneas aéreas según las horas en que se demanda? ¿Por qué querer tener cosas del primer mundo en Costa Rica, si somos un país pequeñito y pobre?
Son preguntas válidas que alguien se podría hacer. Y a mí me parece que esta es una ocasión importante para darles respuesta. Y mi respuesta parte de algo fundamental, los costarricenses no podemos estar satisfechos con lo que tenemos. Y en verdad, no lo estamos.
Lo que hemos visto como manifestaciones de la opinión pública, en los últimos años, y que vivimos hace unos pocos meses, expresa claramente que los costarricenses no estamos contentos con el nivel y la calidad de los servicios públicos que estamos recibiendo. Que tenemos acumuladas por lo menos dós décadas de frustración, los costarricenses, con la calidad de los servicios públicos de que se nos brinda.
Que cada día tenemos los ojos más abiertos al mundo, y que no estamos contentos con ser un país pobre, subdesarrollado e ignorante en la América Central con una parte muy importante de su población viviendo sin los más mínimos de los bienes que necesita para satisfacer sus necesidades, un 20%. Y con otra parte sustancial, la gran mayoría de su población, que tiene niveles de bienestar, muy por debajo de las expectativas a las cuales su cultura, su educación, su desarrollo social debería dar acceso. Y que por eso estamos dispuestos a cambiar la forma de hacer las cosas en este país.
Y esta terminal representa ese cambio. Esta terminal representa un país que se dá cuenta que si quiere manejar turismo a nivel mundial y quiere desarrollar empleo para que muchos miles de costarricenses cada vez más puedan tener el acceso a un mejor trabajo, en una agencia de viajes, en un hotel, en un restaurante, en una línea aérea, en un parque, en una instalación de diversión para niños o para grandes, que si queremos generar esos empleos, tenemos que ofrecerle a los turistas que nos visitan, condiciones de exclencia y de calidad.
Porque la gente va donde se le dan los mejores servicios, y el que puede escoger escoge lo bueno. Y nosotros dependemos de que cuando quieran escoger lo bueno, escojan a Costa Rica. De eso dependemos para poder seguir progresando y poder tener un nivel de desarrollo humano que nos permita vencer ese 20% de pobreza.
Por eso, sí, era necesario este edificio con los mejores acabados, con los sistemas más modernos y sofisticados que le permitan al turista que entre, sentirse que está llegando a un lugar donde valió la pena haber venido, y que cuando salga y se vaya del país, se sienta que vale la pena como ha sido tratado y atendido.
Pero eso que es bueno para el turista tiene que ser bueno para el costarricense. Necesitamos ciudadanos que tengan servicios de excelencia y de calidad. Y necesitamos ciudadanos que demanden y exijan esos servicios de excelencia y de calidad. Y que además se den cuenta que las organizaciones valen en el tanto le den esos servicios de excelencia y de calidad. Y que la forma de organizar nuestros recursos y nuestras instituciones está en función de la calidad de los servicios, del costo de los servicios, del acceso a los servicios que se brinde a los ciudadanos.
Que las instituciones no son fines en si mismas. Eso es fetichismo. Eso es brujería. Eso es atraso intelectual, pensar que las instituciones son fines en sí mismas. Lo que son fines son las personas. Los que son fines son cada uno de los ciudadanos. Y las instituciones tienen que ser medidas en la capacidad de brindar ese servicio de calidad, excelente, al costo más bajo, con capacidad de innovación tecnológica, con rapidez en el acceso para brindarle el servicio al ciudadano en lal forma más adecuada posible.
Claro que tienen razón los costarricenses de sentirse frustrados. Tantos años de que las obras no se hace. Tantos años de que las obras no se terminan. Tantos años de que solo hablamos y no hacemos. Por eso, hoy es un día de fiesta, porque vemos el resultado de la acción. Porque estos son hechos y no palabras. Como son hechos y no palabras las carreteras sin huecos; como son hechos y no palabras las carreteras que nunca se terminaban y que van camino a ser terminadas; como son hechos y no palabras las cárceles que no crecían y ahora crecen para poderle dar cabida a la población necesaria; como son hechos y no palabras las aulas que se construyen para eliminar el déficit; como son hechos y no palabras el aumento en el porcentaje de muchachos y muchachas con edad de estar en el colegio que ahora están en el colegio; como son hechos y no palabras; como son hechos y no palabras el equipamiento de los hospitales y las clínicas que por treinta años no se hizo; como son hechos y no palabras el cambiar las bombas de cobalto que producían enfermedad y no sanaban; como son hechos y no palabras los procesos de construcción de hospitales y clínicas; como son hechos y no palabras la modernización y la descentralización de los servicios de salud; como son hechos y no palabras el que estaremos en pocas semanas firmando, espero, finalmente, el contraro de gestión interesada para que la parte que sigue de desarrollo de este aeropuerto siga llevándose a cabo de la manera como está planeada en un plazo muy corto.
Pero esto depende de nosotros. Depende de los costarricenses querer actuar de esta manera. Depende de los costarricenses tener aeropuertos de verdad para que vengan cada vez más turistas y se genere más empleo y podamos progresar. Depende de los costarricenses querer seguir haciendo las obras que podemos hacer, sabiendo que nuestros recursos son escasos, que para eso necesitamos la gestión interesada y necesitamos la concesión y necesitamos la participación de sectores no sectores no tradicionales de nuestro país en el desarrollo de las obras para poder contar con esas obras.
Solo así podremos seguir teniendo hechos y no palabras. Solo así podremos seguir cumpliendo con los compromisos que el país demanda. Solo así podremos seguir recuperando la confianza de los ciudadanos en sus instituciones gracias a que van viendo que los servicios de las instituciones mejoran en su calidad, en su costo y en la posibilidad de su acceso y de su innovación tecnológica.
Por eso, mi gratitud tan grande a todos los que han colaborado para llevar adelante esta obra, que no está sola. Que es una gran obra y que por si mismo es impresionante, pero que no está sola. Que tenemos aquí en frente un nuevo radar, despúes de cuántos años de necesitar un nuevo radar. Pues ahí está el nuevo radar trabajando.
Y necesitamos un nuevo sistema para aterrizaje de las naves en el aeropuerto. ¿Cuántos años de tener la necesidad de cambiarlo? Y tenemos terminadas las pistas de parqueo en la terminal remota y en la terminal de carga.
O sea, que esta obra no está sola, y además está acompañada por lo más importante: por una organización sana, honesta, que ha salido de los problemas que tuvo en el pasado, que ha sido recuperada y rescatada.
Y que además de haber sido recuperada y rescatada en los aspectos de honestidad, tan básicos y tan importantes, ha sido rescatada en los aspectos de tecnología.
Y como se decía hoy aquí, estamos hoy mismo también recibiendo la visita de las autoridades de la Organización Federal de los Estados Unidos que vienen a ver el proceso técnico que se ha hecho en leyes, reglamentos y aplicación y preparación del personal, en un proceso largo y complicado, de gran calidad que en muy pocos meses ha llevado a cabo la Dirección General de Aviación Civil y que tiene que recibir nuestra gratitud porque eso es tan importante como este edificio para darle al país las condiciones humanas, del capital humano necesario para manejar este capital físico de las nuevas instalaciones y las que tendremos muy pronto con la gestión interesada.
Muchas gracias a todos los que han participado en este desarrollo de nuestra aviación, de nuestras posibilidades de servicio. Y estoy seguro de que este edificio, de que esta lindísima construcción, que además, estéticamente viene a constituirse en un punto para embellecer nuestro país, sirva de estímulo, sirva de acicate para que todos continuemos comprometidos con la excelencia y con no contentarnos con las cosas a medias, sino con exigir que tengan que ser las mejores.
Muchas gracias.